Comentario
La ceremonia egipcia más importante fue la llamada fiesta "Sed" o jubileo real, llamada así quizás por estar en conexión con un dios-chacal conocido como Sed, o quizás en alusión al concepto "cola", representado en la vestimenta del faraón como un aditamento que sujeta el faldellín real.
La fiesta "Sed" es conocida ya desde el Imperio Antiguo, como muestran las tablillas del rey Den o el patio del complejo de Zoser en Saqarah, perdurando hasta el siglo IV a.C. Su fundamento está en la consideración del rey como soporte del reino, tanto física como espiritualmente, por lo que, dado el desgaste que supone el paso del tiempo, se hace necesario proceder a una renovación, evitando la pérdida de sus poderes.
Durante la fiesta "Sed" volvían a celebrarse las ceremonias que tuvieron lugar durante la primera coronación. En teoría, esto debía hacerse cada 30 años, aunque con el paso del tiempo los motivos para hacerla eran diversos: cuando el faraón lo requería, en intervalos diferentes o si las circunstancias lo exigían. Se sabe que Amenofis III realizó tres fiestas Sed, mientras que las fuentes hablan de 14 para Ramsés II.
La fiesta, con una duración de al menos cinco días, se celebraba en la llamada "Casa de los millones de años" -hut heh renpwt- una estructura arquitectónica compleja, como lo demuestran los restos hallados en Malqatta, Karnak y Bubastis. Uno de los rituales más importantes era el enterramiento de una estatua personificando al viejo rey. Después se realizaba una procesión con el monarca cubierto por un manto de Osiris para, más tarde, celebrar otras ceremonias en presencia de la Esposa real, de sus hijos y su harén.
La parte fundamental de la fiesta era la "erección del pilar djed", acto que aludía a la resurrección de Osiris y con el que se quería procurar al faraón un reinado estable "por millones de años". Para ello era necesario que fuera el propio rey quien levantara el pilar. Después se realizaba un exuberante homenaje, en el que participaba la familia real, el alto clero y los funcionarios de mayor rango.
Más tarde el rey procedía a visitar, en compañía de su séquito, las capillas de los dioses, en especial la de Ptah. Posteriormente realizaba una carrera entre dos marcas, delimitando así simbólicamente su territorio. Por último, era ungido con las dos coronas del Alto y el Bajo Egipto, visitando los santuarios junto con a los estandartes de los dioses.
El acto final eran diversos ritos y un fastuoso banquete. Se discute si el festival "Sed" fue una elaboración posterior de un rito antiguo, practicado en Egipto durante el Calcolítico y Neolítico, consistente en la eliminación física del dirigente envejecido. Lo que sí manifiesta esta ceremonia, en cualquier caso, es el papel fundamental del monarca para la pervivencia del país, su naturaleza humana -sometida, por tanto, a desgaste-, y la perdurabilidad de la institución monárquica.